Según la pirámide poblacional de nuestro país estamos ya en los últimos peldaños más amplios de las generaciones jóvenes, lo que por supuesto traerá un sin número de impactos a la forma en que venimos gestionando negocios y recursos en nuestro país. Uno de los sectores que se verá impactado de manera importante es el de la educación superior.
Ya sea a partir de colegiaturas o donativos, las Universidades, al menos en México, son instituciones que viven al día con presupuestos muy reducidos y hacen circo, maroma y teatro para poder asignarlos de la manera más inteligente posible buscando resolver las demandas de infraestructura, operación y servicio. Se tienen que establecer prioridades y proyectos se atrasan debido a esta asignación de recursos, en donde muchas veces le gana lo urgente a lo importante.
Si la población en México se va a ir reduciendo en los próximos años, la tecnología seguirá evolucionando de manera acelerada y, según las tendencias, vamos a un mundo más interconectado y atomatizado, esto implica que las Universidades necesitarán encontrar la forma de seguir evolucionando en temas de infraestructura, equipo y recursos con menos pagos de colegiatura y con presupuestos más apretados.
Dejar de evolucionar no es opción, ya que de mantenerse al día en instalaciones, equipo y herramientas depende mucho el valor diferenciador de las instituciones educativas. ¿Entonces qué pueden hacer? Van a tener que especializarse.
Tener un abanico amplio de oferta de carreras es contraproducente para las Universidades. Hoy, por querer atraer una gran población de estudiantes (y generar más ingresos) abren y abren licenciaturas sin ponerse a pensar en todo lo que tienen que invertir para ofrecer programas realmente valiosos. Y ahí están sufriendo después, por las inversiones no visualizadas que se tienen que realizar para ponerse al corriente con la competencia.
Para ofrecer la mejor formación en cada licenciatura, maestría o doctorado se requiere de inversión de equipo, profesores, herramientas, laboratorios, etcétera. El no tener muchos recursos entonces implica que se favorezcan unas carreras a otras y que medio entreguen su propuesta de valor a toda su población estudiantil, eso cuando tienen claro qué ofrecen. Al reducirse la población esto ya no podrá seguir sucediendo. Esto entonces impactará aún más, y de manera significativa, la asignación de recursos.
Por lo tanto, para las Universidades que se quieran preparar para permanecer en la preferencia de las generaciones de los próximos años, deberán iniciar su proceso de especialización a partir de hoy.
Esto quiere decir que necesitarán elegir cuáles son sus programas de formación de mayor reputación, aquellos en los que han tenido mejores resultados, es decir graduados que elevan la reputación de la universidad, y apostarle a enfocarse a estas licenciaturas exclusivamente. Eso significa transformar de manera extraordinaria su oferta en estos programas. Esto implica que deberán cerrar los programas que no se interrelacionan con los programas centrales.
Ejemplo, una universidad que su mayor reputación está en la calidad de los médicos que gradúa entonces tendrá que transformar toda su oferta a los temas de salud. Si ofrece ingeniería, deberá deja de buscar graduar ingenieros generalistas, y enfocarlos a ingenieros orientados a la la industria de la salud: mecatrónica enfocada a la salud, biotecnología orientada a la salud, etcétera. Así, si también cuenta con programas de mercadotecnia, deberá enfocar su programa a graduar profesionales enfocados en la industria de la salud. Y si esto sigue implicando una gran inversión para la institución, entonces deberá ir enfocándose en los programas clave y eliminando programas secundarios.
Esto, no sólo es positivo para las Universidades, pues podrán enfocar mejor los escasos recursos con los que cuentan. Sino que también potencializará el desarrollo de cada clúster económico, ya que esto implica contar con profesionales y técnicos mejor preparados lo que impulsará el desarrollo del sector y la industria.
El futuro de las Universidades entonces depende de dejar de tratar de competir en muchas áreas de conocimiento y comenzar a enfocarse en la especialización, pues los recursos, de por sí pocos, se seguirán reduciendo y habrá que lograr el mayor rendimiento por cada peso invertido.