Necesitamos empresarios conscientes. No hay vuelta de hoja, la Tierra y la humanidad ya no aguantan más. Uno de los resultado de la reunión en Davos organizada por el World Economic Forum este pasado enero, es la publicación de las competencias críticas que deben desarrollar los líderes que esperamos guíen desde este año, sí, desde el 2016, el futuro del mundo. Entre una de ellas figura la empatía, y concuerdo totalmente con ello.
En la universidad en la que doy clase, los alumnos estudian la licenciatura para crear y desarrollar empresas, con sus distintas especialidades, pero es la única licenciatura que ofrecemos; esto con el fin de enfocar nuestros esfuerzos en formar a los futuros emprendedores seriales. Dicho esto, para el desarrollo de sus proyectos de emprendimiento les enseñamos una metodología que integra Design Thinking, Lean StartUp y Customer Development. Herramientas que están enfocadas en el emprendimiento ágil e inteligente basadas en el “pon a prueba y evoluciona rápido”.
Para que puedan llegar a poner a prueba una solución traducida en un producto o servicio, deben primero haber tenido la capacidad de encontrar un problema, necesidad o deseo en un grupo de consumidores; y para poder llegar a identificar problemas, necesidades o deseos, el Design Thinking, por ejemplo, establece que hay que conocer la realidad del consumidor al que queremos servir. Esta herramienta busca que el emprendedor genere empatía con el público meta que quiere servir. Implícitamente establece que se debe tener una capacidad de observar y absorber la realidad de las personas a las que se visita y entrevista. ¿Pero realmente todos tenemos la capacidad de observar y absorber la realidad y que esto nos lleve a generar empatía? ¿Todos tenemos los mismos niveles de capacidad de observación y conexión con nuestros semejantes?
Estas son una pregunta que me he realizado durante el último año que he impartido las clases orientadas al desarrollo de ideas de productos y servicios, que me han llevado a la reflexión. ¿Cómo enseñamos a los nuevos empresarios a tener consciencia de su entorno y formamos en ellos la capacidad de tener empatía?
Cuando estoy enseñando estas herramientas veo que a la mayoría de mis alumnos les cuesta trabajo, a unos más a otros no tanto, pero sí veo que tienen que hacer un esfuerzo consciente y que de pronto como que no saben por dónde. No han aprendido el proceso de cómo observar y conectar. Es entonces cuando me he captado que me salen sugerencias de qué es lo que pudieran hacer ellos con respecto a sus proyectos y entonces me establece la pregunta ¿por qué a mí sí me sale? ¿Qué es lo que aprendí a hacer para que sucediera? ¿Ya lo traía yo como característica de mi forma de ser o es algo que aprendí o nutrí, si es que ya lo traía? Sé que entender estas preguntas me permitirá crear una conexión para encontrar la forma en que les puedo enseñar a formar estas habilidades de tal forma que les permita transformarse en esos empresarios y líderes altamente humanos y efectivos que buscamos que sean.
Así, al leer las competencias que publica el WEF, haber aprendido una que otra cosa interesante a lo largo de la vida, y luego de haber empezado a escuchar esto de la moda del ‘mindfulness’ he podido empezar a encontrar la respuesta.
Lo que hay en mí
Poner la cantidad de tiempo que vas a leer en texto, en blanco y negro, me ha dejado impresionado. He practicado la meditación desde hace 20 años. No había tomado consciencia de ello hasta ahora que lo escribo. Desde que tenía 21 y que lo aprendí durante mi primer programa terapéutico con mi psicóloga he practicado de manera intermitente, pero seguida, la meditación. Gracias a esta práctica y que la fui nutriendo a través de aprender otros ejercicios y programas, hoy me doy cuenta que es una habilidad que me es altamente útil en mi trabajo, para observar, comprender y empatizar. No soy un gurú new age ni nada parecido, esta disciplina la aprendí para calmar mi mente, para saber cómo encontrar mi centro, esto porque las ideas se me dan a mil por hora y a esa edad necesité encontrar una forma sana y nutritiva de lograr la paz mental, de mantenerme en centrado. Ahora comprendo que la práctica seguida de la meditación me ha permitido conseguir lo que hoy se conoce como mindfulness. No significa que sea un experto, para nada, soy apenas un principiante, pero hoy sé que si me puedo dar cuenta de muchas cosas que pasan alrededor gracias a que el practicar la meditación me ha permitido expandir consciencia de mi ser y de mi entorno.
Entonces ¿qué deberíamos hacer en las escuelas para formar la competencia y la habilidad de establecer empatía? ¿esto de mi experiencia-vida cómo me sirve y me funciona para ayudar a los demás?
Necesitamos empezar a enseñar técnicas de autoconocimiento y autoobservación en los alumnos. Mientras a más temprana edad mejor. En las universidades, si queremos que nuestos egresados salgan siendo líderes humanos y conscientes, entonces necesitamos enfocar materias desde sus primeros días hasta el último de su graduación, para lograrlo. Para que se lleven la disciplina y esto les permita ser más observadores, creativos, innovadores y en última instancia, transformadores y diseñadores del futuro. No hay de otra. Puesto esto es lo que se logra también con la meditación, lograr que la mente esté más atenta, más consciente de lo que ayer estuvimos (mindfulness) permite entonces lograr conexiones muy al estilo Limitless (la película). Lo sé porque así como lo pone la película, así lo siento, no a ese nivel tan alto, pero si siento este incremento en la capacidad de conexiones neuronales, y que se puede gestionar, alta conexión – reposo.
Por lo tanto, en conclusión ¿queremos emprendedores creativos, innovadores, líderes de empresa auténticos y empáticos, conscientes de quienes les rodean y de los problemas de nuestro mundo? Comencemos a enseñarles cómo lograr mindfulness.
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